martes, 12 de junio de 2012

LA VACUNA TOTAL


 Tres días después de que el actual Gobierno afirmara haber logrado por fin la confianza de los mercados y un sonado rescate que, cosa extraña, ha hecho que la prima de riesgo toque hoy los 544 puntos, (a niveles casi de quiebra), y diez minutos después de que Angela Merkel haya dicho que, tras el rescate,  "España debe seguir con duras reformas como Grecia y Portugal", pocos motivos  hay para el optimismo. 
       
      Ante este triste panorama, resulta ligeramente alentador conocer la noticia de que un equipo de investigadores norteamericanos está a punto de lograr una vacuna contra la coca, con la que será posible que los cocainómanos se desenganchen porque, tras ser inyectada en el organismo, la droga no le  provoca los estímulos que le creaba antes y con ello abandona el hábito.
      Este mismo equipo también trabaja para otras vacunas contra el cannabis, el acohol y la nicotina, ya que el procedimiento es el mismo. Actúan neutralizando los estímulos que estas sustancias provocan y así dejan la droga, el vino o el tabaco porque no le producen atractivo alguno.
      Todo esto parece magnífico, pero, metidos en vacunas, no sería mejor que, en lugar de una vacuna contra la coca, otra contra el alcohol y otra contra la nicotina, se lograse un solo producto eficaz para todas?  Eso sería la vacuna total.
      Para muchos expertos y sociólogos, la lacra de las drogas no tiene su origen en el que las consume, sino  en el que trafica con ellas. Y está claro que el traficante lo hace por dinero. Casi todos los males de la humanidad  tienen su raíz en el deseo incontrolado de riquezas, en la CODICIA.  Decía el filósofo Epicuro, que "si quieres ser feliz no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia".
     Por dinero se estafa, se roba y se mata. Con el dinero se corrompe. A las drogas y a las armas se llega por dinero. El ser humano se vende por dinero. ¿No sería mas útil y eficaz crear una vacuna contra la codicia, contra el desmedido deseo de poseer, y así se libraría la humanidad de casi todos sus problemas?
    Propongamos a los investigadores que sigan la tesis que Epicuro lanzó hace más de veinticuatro siglos. Si el procedimiento es el mismo y las dificultades similares, que ese equipo de investigación se ponga a trabajar en la dirección adecuada y vaya a por todas de una vez.  Si los dejan, claro.

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2 comentarios:

  1. si y otra vacuna contra el afán de poder, la mentira y el despilfarro politico

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  2. Para que vea, don Alfonso, cómo somos en España y parte del extranjero.

    En lugar de buscar tratamientos paliativos, se deberían buscar tratamientos preventivos, uno de los cuales, el más eficaz de todos para casi todos los males que aquejan a la humanidad, es la educación.

    Hubo tiempos en que nuestro sistema educativo se adornó con unos contenidos transversales, que propiciaban el aprendizaje de pautas sociales, que se conocieron como educación para la salud, educación para la paz o educación para el consumo. Dichos contenidos se basaban en la enseñanza de principios, valores y normas que el profesorado debía transmitir al alumnado.

    Quedaron en agua de borrajas debido a que la administración omitió la formación del profesorado para impartir tales contenidos y, ¿por qué no decirlo?, por la resistencia o la oposición directa de gran parte del profesorado a impartir contenidos que se salieran de los propios de las clásicas áreas instrumentales de toda la vida: matemáticas, lengua, conocimiento del medio, gimnasia y plástica.

    Comentarios como "son pamplinas" constituyeron la base teórico-científica para que los citados contenidos transversales pasaran de un limbo didáctico a un olvido vergonzante que retrata el inmovilismo de gran parte de nuestra comunidad educativa: administración, profesorado, alumnado, madres y padres.

    Tras este intento ornamental de educar a la ciudadanía en contenidos útiles para la sociedad, se produjo "eso" que se llamó "Educación para la Ciudadanía" y el disparate vivido con el enésimo enfrentamiento entre tirios y troyanos volvió a retratar a esas dos Españas empeñadas en derribar más que en construir.

    Y ha llegado el último capítulo, por ahora, del afán de nuestros gobernantes por transmitir al alumnado de nuestros colegios e institutos sus propios principios, valores y normas. Así, el ministro Wert ha marcado su territorio modificando la meada educativa de "Educación para la ciudadanía" e introduciendo en ella eso que se llama "Cultura Emprendedora".

    Ha sido la CEOE quien le ha impuesto estos contenidos para educar o amaestrar a la ciudadanía. Una CEOE compuesta por honestos emprendedores y otros muchos, los más, que exigen la desaparición de derechos de los trabajadores para aumentar beneficios (¿codicia?), que no dudan en cerrar sus empresas en territorio nacional para producir en países donde la esclavitud es el derecho fundamental del trabajador adulto o infantil (¿codicia?), que invierten los beneficios de sus empresas en lucro personal en lugar de hacerlo en la propia empresa (¿codicia?), que no dudan en especular con parte de las ganancias en activos tóxicos como el ladrillo (¿codicia?) o que se jactan de mover todo el dinero negro que pueden eludiendo sus deberes para con la hacienda pública y la sociedad. Esta misma CEOE, hay que recordar, estuvo hasta no hace mucho presidida por un campeón del delito societario y la quiebra de empresas.

    No sé si es en este ámbito de la educación empresarial de nuestra juventud donde encaja la propuesta, dentro de los XVII Seminarios Universitarios Lucena 2012, del curso "Desarrollo del Emprendimiento en la Educación Superior. Estrategias para la Docencia”, enmarcado en el Proyecto “Red Española para la Motivación de los Estudiantes Universitarios en Espíritu Emprendedor (RE4)”.

    Ya ve, don Alfonso cómo se preocupan nuestras autoridades nacionales, autonómicas, provinciales y locales -todas a una- en inocular una vacuna que, mal administrada, puede contagiar a la población en lugar de salvarla.

    La codicia, a mi modo de ver, necesita una manipulación genética en el ADN social más que una vacuna milagrosa.

    Enhorabuena por su forma de plasmar una visión sosegada de la sociedad alejada de las habituales posturas partidistas y cainitas.

    Un saludo.

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